
Aquellas conversaciones íntimas importantes...¿hablemos sobre los padres?...qué difícil...no quiero hablar de eso.
Tal vez en otro momento.
Cuesta hablar de aquello que duele. La memoria lo bloquea porque al recordar volvemos a sentir como aquella vez. Sólo cuando logramos perdonar esa situación dolorosa, podremos recordarla sin que nos haga daño nuevamente.
En estas situaciones, se puede tomar 2 actitudes diferentes; una es que se ha bloqueado el recuerdo para no sufrir y la otra, es que se ha enfrentado el dolor para sanar. Un proceso que se puede hacer de a poco, sólo hay que recordar, volver a sentir, y analizarlo desde el punto de vista actual. Puedes ver que ya no te hace daño, que ahora te tienes a ti mismo para defenderte y cuidarte y protegerte, ya no eres tan vulnerable. Se siente increíblemente bien perdonar el daño que sentiste, perdonar a los que amas y a ti mismo.
"Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritos y calumnia, junto con toda maldad. Más bien, sed bondadosos y misericordiosos los unos con los otros, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo" (Efesios 4:31, 32)
No hay comentarios:
Publicar un comentario