martes, 8 de mayo de 2012

Sin miedo al PODER-ÚTERO, Ánimus v/s Lilith



La madrugada del sábado 5 de mayo, día anterior a la bendición de útero, desperté cerca de las 03:00 am. Mi útero se estaba conectando con la Luna, sentía intensamente una sensación de hormigueo, algo parecido a cuando bajas con velocidad por la montaña rusa, pero permanente, y una calidez que te hace sentir absolutamente viva.
La Luna entraba por mi ventana, una luz plateada que traía mensajes desde mi interior. Aproveché para hacer la meditación previa a la bendición, imaginé mi caldero dorado y moví sus aguas para impulsar mi transformación.
El universo siempre tiene mensajes para mí, esta vez escuché una pregunta ¿Qué poder quieres tener?, mi primera respuesta fue: el poder de la persuasión. No lo pensé. Fue un impulso desde lo profundo, sentí que la MAGIA era parte de mí y juntas formábamos un solo ser.
De pronto mi mente irrumpió con intensiones de controlarlo todo y me dijo: “no querida, tú no buscar PODER, eso es feo, es parte del ego que tanto quieres cambiar. Así, arbitrariamente, cambió mi petición al término HABILIDAD. “Lo que tú quieres querida, es habilidad para la Comunicación” entonces pensé; sí claro, tiene razón, es mejor tener habilidad para decir y hacer desde la verdad, la coherencia, la creatividad y no quedarme en las puras ganas.
Pero la luz de la Luna era tan potente y mi útero procesaba tal energía, que la fuerza de la naturaleza pudo más y respondí: pero lo que siento en este instante es PODER!!! ¿Por qué le tengo miedo al poder?, el poder no es malo…, no es sentirse superior, no es querer aplastar a los demás. El poder está en mi, no lo puedo evitar!!
Recordé a Lilith, porque no es el poder masculino el que tenemos que buscar en nosotras mismas, pues no es nuestra naturaleza. Es el PODER femenino; el que encanta, seduce y persuade desde el amor, desde la contención, desde el cáliz, ese poder de adaptarnos como el agua a todos los caminos, y seguir nuestro curso natural para llegar al mar y formar parte de un solo círculo, una sola gran tribu, parte de nuestra Tierrita madre, para seguir infinitamente nuestro ciclo con la vida, tal como el agua, pasando por cambios; fases altas y bajas, porque además, todas las gotas contienen el mismo océano, sin razas ni países. Las mujeres fuimos, antes del patriarcado, guías de la sociedad, generosas maestras de la sabiduría que la naturaleza nos compartía. Organizadoras de la economía y la educación de nuestro pueblo, respetuosas de las emociones de las personas, y los ciclos. Así el universo confabulaba a favor de la humanidad y de todo ser viviente.
Creo que existe una gran brecha entre lo que hemos podido aprender acerca del Animus como imagen de empoderamiento femenino: “Las imágenes arquetípicas de lo eterno masculino en el inconsciente de una mujer” como lo describe Carl. Jung. La capacidad de pasar a la acción, la fuerza, la mente fría, la capacidad de reacción, etc. Mientras que Lilith, nos pone en contacto con nosotras mismas, con nuestros poderes espirituales y los poderes superiores de la mente, Lilith es un puente de la visión interna, la que siempre sabe qué es lo que hay que hacer o decir en el momento oportuno. Lilith no toma decisiones sólo desde la mente, ella sabe que es parte de la Totalidad e involucra sus vidas pasadas y todos sus dones para actuar, está ligada al afecto y las relaciones, al placer y la autovaloración. El poder que nos ofrece la luna a todas las mujeres es la serpiente kundalini que conecta nuestra Tierra con la energía universal. No la despreciemos.
Ahá hermanas!!