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La Luna
entraba por mi ventana, una luz plateada que traía mensajes desde mi interior. Aproveché
para hacer la meditación previa a la bendición, imaginé mi caldero dorado y
moví sus aguas para impulsar mi transformación.
El universo siempre tiene mensajes para mí, esta vez escuché
una pregunta ¿Qué poder quieres tener?, mi primera respuesta fue: el poder de
la persuasión. No lo pensé. Fue un impulso desde lo profundo, sentí que la MAGIA era parte de mí y juntas
formábamos un solo ser.
De pronto mi mente irrumpió con intensiones de controlarlo
todo y me dijo: “no querida, tú no buscar PODER, eso es feo, es parte del ego
que tanto quieres cambiar. Así, arbitrariamente, cambió mi petición al término
HABILIDAD. “Lo que tú quieres querida, es habilidad para la Comunicación”
entonces pensé; sí claro, tiene razón, es mejor tener habilidad para decir y
hacer desde la verdad, la coherencia, la creatividad y no quedarme en las puras
ganas.
Pero la luz de la
Luna era tan potente y mi útero procesaba tal energía, que la
fuerza de la naturaleza pudo más y respondí: pero lo que siento en este
instante es PODER!!! ¿Por qué le tengo miedo al poder?, el poder no es malo…,
no es sentirse superior, no es querer aplastar a los demás. El poder está en
mi, no lo puedo evitar!!
Recordé a Lilith, porque no es el poder masculino el que
tenemos que buscar en nosotras mismas, pues no es nuestra naturaleza. Es el
PODER femenino; el que encanta, seduce y persuade desde el amor, desde la
contención, desde el cáliz, ese poder de adaptarnos como el agua a todos los
caminos, y seguir nuestro curso natural para llegar al mar y formar parte de un
solo círculo, una sola gran tribu, parte de nuestra Tierrita madre, para seguir
infinitamente nuestro ciclo con la vida, tal como el agua, pasando por cambios;
fases altas y bajas, porque además, todas las gotas contienen el mismo océano,
sin razas ni países. Las mujeres fuimos, antes del patriarcado, guías de la
sociedad, generosas maestras de la sabiduría que la naturaleza nos compartía.
Organizadoras de la economía y la educación de nuestro pueblo, respetuosas de
las emociones de las personas, y los ciclos. Así el universo confabulaba a favor
de la humanidad y de todo ser viviente.
Creo que existe una gran brecha entre lo que hemos podido
aprender acerca del Animus como imagen de empoderamiento femenino: “Las
imágenes arquetípicas de lo eterno masculino en el inconsciente de una mujer” como
lo describe Carl. Jung. La capacidad de pasar a la acción, la fuerza, la mente
fría, la capacidad de reacción, etc. Mientras que Lilith, nos pone en contacto
con nosotras mismas, con nuestros poderes espirituales y los poderes superiores
de la mente, Lilith es un puente de la visión interna, la que siempre sabe qué
es lo que hay que hacer o decir en el momento oportuno. Lilith no toma
decisiones sólo desde la mente, ella sabe que es parte de la Totalidad e involucra sus
vidas pasadas y todos sus dones para actuar, está ligada al afecto y las
relaciones, al placer y la autovaloración. El poder que nos ofrece la luna a
todas las mujeres es la serpiente kundalini que conecta nuestra Tierra con la
energía universal. No la despreciemos.
Ahá hermanas!!